domingo, 26 de diciembre de 2010

Procesos de Terraformación

En muchas películas y libros de ciencia ficción que hablan de viajes interestelares, se describen a la mayoría de planetas con características parecidas a la Tierra; es decir, que tienen agua en estado líquido, con una atmósfera en las que los seres humanos son capaces de respirar sin necesidad de aparatos, con una presión y temperatura que un humano sea capaz de soportar y con una gravedad parecida, con lo que los humanos pudieran vivir perfectamente en estos planetas, etc..., aunque no siempre cumplan todas las características terrestres, suelen tener la mayoría. Es más en dichos planetas casi siempre hay vida autóctona y la mayoría de las veces inteligente.
Todas estas condiciones son muy complicadas de que se produzcan porque existen un número reducido de planetas que pueden albergar vida tal y como la conocemos, estos planetas están situados en las zonas Goldilocks. Estas zonas se encuentran a la distancia propicia de su estrella para que se puedan producir las condiciones que hay en la Tierra, ya que la Tierra se encuentra en la zona Goldilocks del Sol.


Pero aunque en esta imagen parezca totalmente fuera Marte de la zona Goldilocks (parte azul), en realidad se encuentra dentro de esta zona. Sin embargo, en Marte no hay vida. Además tiene características distintas a la Tierra, lo que indica que no todos los planetas que se situan en estas zonas son como el planeta en el que vivimos.
Por lo que si quisiéramos conseguir que Marte fuera como la Tierra habría que realizar una serie de procesos conocidos como "procesos de terraformación".
Para conseguir que Marte se terraformara habría que construir una nueva atmósfera y posteriormente calentarla. Para que ambos procesos se convinaran requiriría que la nueva atmósfera fuera rica en gases que provoquen efecto invernadero.
Para la formación de la atmósfera habría que utilizar gases que provoquen efecto invernadero, tal es el caso del amoniaco que podría conseguirse si se descubriera algún asteroide con amoniaco congelado. Para conseguir que este amoniaco quede en la atmósfera habría que descongelarlo en el paso por la atmósfera, esto daría mayor densidad a esta atmósfera, además si este asteroide chocara con el planeta aumentaría la masa del planeta.
Posteriormente habría que añadir algún gas inerte a la atmósfera, por ejemplo nitrógeno, árgon u otro gas no volátil.
Posteriormente se añadiría hidrógeno que con dióxido de carbono (gas que provoca efécto invernadero), se podría producir la reacción de Bosch, lo cual provocaría la formación de agua, grafito y calor.
Después de estos procesos la atmósfera llegaría a tener los gases necesarios para la vida, aunque no necesariamente en las cantidades necesarias para la vida. Por lo que habría que alterar la atmósfera mediante vida vegetal o microorganismos hasta conseguir la mezcla idónea para el ser humano.
Si la atmósfera se formara y enfriara después el planeta empezaría a llover provocando la formación de agua líquida.
Suponiendo que estos procesos fueran adecuados finalmente Marte adquiriría un aspecto parecido a la Tierra, que sería el siguiente:


También se pueden aplicar procesos de terraformación a Venus, aunque se considera que Marte sería una mejor opción.
Los procesos a los que debería someterse Venus son distintos a los de Marte, ya que Venus tiene una atmósfera muy densa con dióxido de carbono como componente mayoritario con más del 96% de este gas.
Además la presión en Venus es de unos 9MPa y su temperatura de 464 ºC, lo cual dificulta su habitabilidad.
Por lo que habría que transformar la atmósfera para que pueda ser respirable por el ser humano mediante bombardeos con magnesio y calcio se conseguiría reducir la cantidad de dióxido de carbono formando carbonato cácico y magnésico. También se debería bombardear con hidrógeno para obtener agua, grafito y calor mediante la reacción de Bosch.
Posteriormente habría que colocar un parasol que provocase que disminuyera la temperatura del planeta y así el vapor de agua terminara licuando y formando océanos.
Pero Venus carece de campo masgnético lo que dificulta la estabilidad atmosférica, fruto de esta situación es por lo que se considera a Marte mejor candidato para ser terraformado.
En el caso de que Venus fuera terraformado tendría este aspecto:


Dentro del Sistema Solar se ha pensado en algunas posibilidades más para aplicar modelos de terraformación, como por ejemplo:
En Europa, la luna de Júpiter, ya que en ella ya existe agua líquida, aunque también tiene algún problema, ya que por ella pasa mucha radiación procedente de Júpiter, lo que requiriría uso de paneles deflectores de radiación. Además el satélite está recubierto de hielo, por lo que habría que calentarlo y añadirle oxígeno, pero medianete procesos de electrolisis del agua podría conseguirse.
Su imagen terraformada sería:


También se postula para el planeta Mercurio, aunque sólo en las zonas polares, ya que en el resto del planeta las temperaturas son extremas.
Y las lunas Titán, Calisto, Gamínedes, la Luna y Enceladus.
Finamente también el pequeño planeta Ceres, anteriormente conocido como el asteroide más grande descubierto.

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